
Se completó la 2da fecha. Veinticuatro goles en 10 partidos, sólo dos líderes con puntaje ideal, un técnico menos, y un partido suspendido por incidentes violentos en las tribunas. Todo bastante normal. Como suele suceder siempre en los inicios de torneos.
Salvo por la vuelta al futbol local de Juan Román Riquelme y del Piojo López (en menor medida), fue una fecha demasiado intrascendente. Sin embargo hay algunos puntos que me interesan resaltar.
Arsenal de Sarandí. Es uno de los llamados “equipos de laboratorio”. Consciente de su carencia para contar con estrellas relevantes, apuesta al orden y el trabajo. Sin demasiadas especulaciones ni avaricias. Es un equipo cauteloso para no regalar demasiado, y oportuno para saber aprovechar las situaciones que se le presentan. Tiene en Raymonda tal vez a su único jugador talentoso, quien con mucho criterio conduce las jugadas de ataque. Aunque al final del torneo se lo encuentre debajo del pelotón principal en la tabla de posiciones, y a pesar de su estrecho vínculo con el mandamás, el cuadro del sur merece reconocimiento. Gustavo Alfaro, también.
Velez Sarfield. Grupo armado, pero equipo en formación. La llegade de La Volpe y su estilo tan diferente del anterior esquema de Russo, aparenta haber sido asimilado de manera muy clara y rápida. Tal vez estén faltando ciertos ajustes defensivos, propio de los planteos audaces. Pero a este Velez se le nota que tiene el carácter, la personalidad y las ganas para ir a ganar en cualquier cancha. Ya sea en la Copa Libertadores o en el Torneo Local. Encima la figura de Mauro Zárate crece partido a partido. Atento a Velez.
Técnicos en la mira. Con Pumpido ya descartado entre los 20 DT’s que partieron desde la salida, ahora al parecer se busca que caminen la cuerda floja Patricio Hernandez en Banfield y Pedro Troglio en Gimnasia de La Plata, en menor medida. Ambos conducen equipos que se encuentran en la mitad superior de la tabla del descenso. Es decir, que tienen un margen de tolerancia significativamente cómodo para dar lugar a la espera de mejores resultados. Tiempo al tiempo.
Salvo por la vuelta al futbol local de Juan Román Riquelme y del Piojo López (en menor medida), fue una fecha demasiado intrascendente. Sin embargo hay algunos puntos que me interesan resaltar.
Arsenal de Sarandí. Es uno de los llamados “equipos de laboratorio”. Consciente de su carencia para contar con estrellas relevantes, apuesta al orden y el trabajo. Sin demasiadas especulaciones ni avaricias. Es un equipo cauteloso para no regalar demasiado, y oportuno para saber aprovechar las situaciones que se le presentan. Tiene en Raymonda tal vez a su único jugador talentoso, quien con mucho criterio conduce las jugadas de ataque. Aunque al final del torneo se lo encuentre debajo del pelotón principal en la tabla de posiciones, y a pesar de su estrecho vínculo con el mandamás, el cuadro del sur merece reconocimiento. Gustavo Alfaro, también.
Velez Sarfield. Grupo armado, pero equipo en formación. La llegade de La Volpe y su estilo tan diferente del anterior esquema de Russo, aparenta haber sido asimilado de manera muy clara y rápida. Tal vez estén faltando ciertos ajustes defensivos, propio de los planteos audaces. Pero a este Velez se le nota que tiene el carácter, la personalidad y las ganas para ir a ganar en cualquier cancha. Ya sea en la Copa Libertadores o en el Torneo Local. Encima la figura de Mauro Zárate crece partido a partido. Atento a Velez.
Técnicos en la mira. Con Pumpido ya descartado entre los 20 DT’s que partieron desde la salida, ahora al parecer se busca que caminen la cuerda floja Patricio Hernandez en Banfield y Pedro Troglio en Gimnasia de La Plata, en menor medida. Ambos conducen equipos que se encuentran en la mitad superior de la tabla del descenso. Es decir, que tienen un margen de tolerancia significativamente cómodo para dar lugar a la espera de mejores resultados. Tiempo al tiempo.
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