
Tras la novedosa resurrección de River, es la hora de preparar el entierro de Boca. Esa parece ser la premisa del periodismo por estas horas. A tan sólo 5 días de haber sido despedido con honores por la hinchada luego de su expulsión frente a San Lorenzo, Miguel Angel Russo enfrenta su etapa más crítica desde su llegada a La Boca a causa de la dura derrota en el superclásico.
Y allá va el cuarto poder, con un ejército de micrófonos y lapiceras especuladoras en búsqueda del título de tapa. El diario Olé, habiendo superado los días de venta dedicados a los victoriosos hinchas de River, no piensa abandonar a los pares boquenses, y sin demoras ha instalado en la opinión pública la hipotética relación conflictiva entre el entrenador xeneize y sus dirigidos.
Fiel a su estilo, salió a buscar las voces de la experiencia. Y parece que no encontró a nadie mejor que Antonio Rattín. Un símbolo de los años 60 y 70, ilustre personaje de la galería de ídolos, y triste ex legislador nacional de la cámara de diputados, hoy concejal de Vicente Lopez. El Rata, hombre tribunero si los hay, apeló a sus anécdotas para buscar una reacción en los muchachos más maduros del actual plantel.
Por suerte, otro ídolo todavía en actividad, declara con mayor sensatez.
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