Miedo escénico

En el tramo final del campeonato, los hasta entonces firmes candidatos para llevarse el Torneo Apertura 2007 comienzan a dar claros signos de "paso en falso". Cuando es habitual que los equipos de menor presupuesto empiecen a mermar su producción futbolística, en general por razones de planteles cortos, o por no saber soportar la presión en las instancias definitivas, son "los chicos" los que toman la punta.
Independiente y Boca fueron hasta aquí los animadores de un torneo muy irregular. Sin embargo, desde el arranque del mismo, supieron mantenerse a la vanguardia y se perfilaban como los verdaderos contrincantes en la lucha por primer puesto. Por historia y por el peso de sus camisetas, todas las apuestas se dirigian hacia Avellaneda y La Boca.
Lanús y Tigre empezaron el campeonato "dando ventaja", desde el fondo. Ambos sumaron tan sólo 4 puntos de los primeros 12 en juego. Por ese entonces, en el sur la pregunta era si el equipo había perdido el rumbo demostrado en el primer semestre. En el norte, se le cuestionaba Diego Cagna si estaba arrepentido de haber llegado a Primera con los mismos jugadores que lograron el ascenso.
Este torneo argentino es sin dudas el más irregular que los últimos tiempos. Por fortuna, todo escapa a la lógica. Es el miedo escénico, que normalmente ataca a los equipos chicos, por la falta de costumbre al probarse el traje de campéon, el que parece que esta vez prefiere jugar con los más grandes.