En principio, está a la vista que el Apertura 2007 es bien parejo. El líder, Independiente, con 4 partidos perdidos de 13 disputados, lleva sólo uno menos que el último Rosario Central. Los que menos derrotas acumulan (3) son Lanús y Tigre, mientras que Olimpo suma 7. Será cuestión del ojo que lo mire o analice si eso es bueno o malo para el fútbol profesional.
Particularmente, no me parece nada grave ver peleando en las primeras posiciones a clubes como Lanús, Tigre, Banfield y Argentinos Juniors. En especial, teniendo en cuenta que son quienes han sabido jugar los mejores partidos incluso frente a los equipos grandes. También River, de local, tuvo momentos brillantes de juego, aunque con una irregularidad alarmante.
En cuanto a los jugadores que lograron llamar mi atención, por lo grato, hay tres jugadores que con seguridad darán un salto importante en el corto plazo. Un poco por la maldita necesidad de sus clubes para financiar sus deudas, pero mucho más porque se les nota que les sobra clase. Son Damian Diaz (Rosario Central), Diego Valeri (Lanús) y Alejandro "el Papu" Gómez (Arsenal).
Apenas unos pocos partidos defendiendo los colores de sus respectivos clubes (y la pelota), son estos tres jugadores los que más me han sorprendido en el torneo. Cada uno a su manera y a disposición del equipo, cuentan con las armas propias del fútbol argentino. Pelota abajo de la suela, picardía, potrero y elegancia.
Siempre que tengo la oportunidad de mirarlos me lamento de sólo pensar el poco tiempo que queda (si es que queda) para que se cambien de camiseta, por los grandes de acá o cualquiera del exterior, a cambio de la primer oferta de color verde. Pero de nuevo el ojo se posa en la mitad llena, y me pongo orgulloso por la fábrica de talentos que parece nunca acabar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario