viernes, septiembre 28, 2007

Estilo K


Noche para el recuerdo en el Monumental de Núñez. Las sensaciones volaban y se transformaban a una velocidad impresionante. Tanto que no daba tiempo para acomodarse ni recuperarse con cada nuevo estado de ánimo.
Y fueron los jugadores al final, los que se llevaron los aplausos. Y Passarella el que cambió el traje de villano por el de héroe. Y los hinchas pasaron de las gargantas rojas de bronca e insulto, a las palmas de sus manos del mismo color pero de reconocimiento.
En la cancha, Falcao, Ortega, Ferrari y Domingo fueron los protagonistas de la película. Sacaron toda su vergüenza y su orgullo para dar vuelta una serie que parecía imposible de revertir. Jugaron como en el barrio, a lo guapo, a todo o nada. Y se llevaron la recompensa.
Curiosamente en el peor momento de River, cuando el 1 - 2 era hundirse bien profundo, la tonta expulsión de Ahumada (quien era el único que se salvaba), sólo justificada en la impotencia, resultó consentida por el reconocimiento del hincha. Y a partir de ese momento, el Millonario con un jugador menos que el rival dio inicio a la hazaña.
Al final, la euforia fue completa. El burrito tuvo un gesto destacable en ir a abrazar al DT en medio de tanta alegría. El Kaiser a la hora de las declaraciones, se hizo lugar para los mensajes emotivos y se negó a aceptar preguntas de la prensa.

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