Todos los aplausos todos para el rosarino. Leo Messi es indiscutidamente el niño mimado por la exigente hinchada culé. Con tan sólo 20 años recién cumplidos, al argentino le están haciendo creer que el nuevo mesías del fútbol. Lo malo es que se lo está empezando a creer.
A esta altura no quedan dudas que Lio pertenece a la casta de los elegidos. Hace falta verlo jugar para darse cuenta de la clase de jugador qué es. Transmite en cada contacto con el balón que su don es natural, y no hay ocasión en que La Pulga intente poner la pelota contra el piso para sacar una genialidad con su zurda prodigiosa.
Sin embargo, no sólo los hinchas blaugranas están enloquecidos con su talento. La prensa deportiva mundial tampoco ahorra elogios para cada una de sus actuaciones, aunque en el mayor de los casos pecando de generosa.
En cuatro días el Barsa ha logrado pasar con éxito sus dos grandes compromisos que se le han presentado. Entre semana frente al Olympique de Lyon por el debut en Champions, superó por 3 a 0 con participación de Messi en dos de los goles (uno de su autoría). El sábado, lo hizo frente al dificilísimo Sevilla por 2 a 1, donde ambos fueron anotados el ídolo del Camp Nou.
Lógicamente su figura no puede pasar desapercibida con semejante producción, pero lo cierto es que pareciera que la necesidad de vender los diarios con títulos contundentes está resultando un tanto exagerado en las loas dedicadas.
Sería bueno que el niño prodigio pudiera seguir disfrutando del fútbol tal como lo siente. Para muestras de reconocimiento y admiración quedan muchos años por delante.
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